09 octubre 2005

Nuevo curso, nuevo etapa

Vuelvo a postear después de más de un mes. El poco tiempo que no tenía ocupado en otros menesteres lo he utilizado para picar código por aquí y por allá y darle un nuevo aspecto al blog (el otro ya me empezaba a cansar). Es sorprendente lo que se puede conseguir con el método prueba-error si se tiene paciencia y ni idea de programación, sólo por ciencia infusa. Quería dejarlo terminado antes de poner cualquier nueva entrada (culpa de mi manía de terminar completamente una cosa para empezar con la siguiente).

En fin, más que una nueva entrada sería la continuación (o conclusión, según se mire) de una entrada anterior (Post Junio). A modo de prólogo, los remolinos llegaron, tomaron la dirección que más temí pero que ya esperaba y gané y perdí al mismo tiempo. Mezclado con ironías de la vida, visto en perspectiva es bastante cómico si se sabe por qué.


Hay tormentas que no pueden evitarse, pero había dos formas de actuar ante ellas. Ignorar que éstas ocurrirían a la larga y, por tanto, ver como llegan a ti indefensa. O ser previsora y enfrentarse y prepararse a ellas antes de que vayan a más y cortar de raíz. Mi gran error fue no haberme dado cuenta mucho tiempo antes que hay situaciones que por mucho que se ponga esfuerzo en ellas no puede sacarse nada bueno. Todo se cierra en un círculo terminando en la misma situación independientemente de cómo se actue. De la misma forma que no puede esperarse que una pistola salve vidas por mucha fe que se ponga en el que la usa, al final, su utilidad y esencia se acaba evidenciando. Porque todo al final acaba mostrando su verdadera naturaleza.

Mi visión optimista me ayuda a quedarme con lo bueno, recordar para siempre lo aprendido y no volver a caer en el mismo error. Después de la tormenta llega la calma y es lo que, terminase de la forma que terminase, acabaría llegando. Así pues, la calma ha llegado, me siento tranquila y he podido hacer lo que estaba en mi mano. Dicen que con la tranquilidad, aparece el aburrimiento. Pero, al menos en mi caso, cada día es diferente o cada temporada es diferente. Puesto que lo que estudio y las rotaciones de las prácticas que tengo que hacer me permite a conocer a bastante gente y nuevas situaciones y, en último caso, aprender. No volver la vista atrás y mirar con ilusión a lo que tengo por delante.

"No son los golpes ni las caídas las que hacen fracasar al hombre; sino su falta de voluntad para levantarse y seguir adelante."

Y es que soy demasiado cabezota para quedarme parada.