Escuchando: Moby - The Sky is Broken
El tiempo transcurre en momentos...momentos que, tras su paso definen la trayectoria de una vida con la misma seguridad con la que conducen a su final. ¿Nos paramos alguna vez a examinar ese camino, a comprender los motivos por lo que ocurren todas las cosas? ¿a considerar si el camino que tomamos en esta vida es obra nuestra, o simplemente no dejamos llevar por él con los ojos cerrados?. Pero, ¿y si pudiéramos detenernos para evaluar cada preciado momento antes de que pase ¿Podríamos ver entonces las innumerables bifurcaciones del camino que van conformando nuestra vida? Y a la vista de dichas bifurcaciones ¿tomaríamos otro camino?
Otra vez he vuelto a ver el episodio de All Things de Expediente X. Mi favorito de las 7 primeras temporadas que llevo vistas. Cuando lo vi por primera vez me impresionó y aún lo sigue haciendo. Siempre me intrigó el hecho de saber hasta qué punto somos conscientes del control que tenemos sobre nuestras propias vidas. Si las cosas que ocurren, ocurren por una razón, por un objetivo global que no podemos llegar a comprender o simplemente ocurren como casualidades sin razón alguna.
En este episodio, Scully se plantea porqué dejó la medicina para entrar al FBI y se pregunta si fue la elección adecuada, qué cosas habría perdido o ganado de no haber realizado esa elección.
Ahora que estoy a mitad de la carrera de medicina y tengo que decidir si la seguiré haciendo o entraré como especialidad de segundo ciclo de bioquímica o biotecnología me pregunto las razones que me llevaron a entrar a medicina, una carrera que siempre vi como una vía de paso pero no un objetivo. Soy de las pocas personas entre mis compañeros que entró sin vocación, sin deseos de terminar como médico. Tan sólo como un comodín en caso de no poder hacer lo que realmente me gustaría, la investigación a nivel biológico.
Las razones por las que me decidí fueron varias, pero la que de verdad me empujó a hacer medicina fue el consejo y las esperanzas que depositó en mí una persona que cree en mí y a la que apreciaba y sigo apreciando mucho, mi mentor. Nunca me lo planteé de forma seria hasta que hablé con él. Más tarde me diría que veía en mí a una amiga suya neuróloga que también hizo medicina.
Hace unos meses, cuando las dudas me asaltaban y hacía tres años desde la última vez que nos vimos, volví a encontrarle, en el momento adecuado, para recordarme las razones por las que empecé y por las que voy a continuar. Le volveré a ver después de todo ese tiempo, justo en la bifurcación de un camino. Y ya practicamente lo he decidido, terminaré medicina, pero si depende de mí, no la ejerceré. La aplicación médica a la larga se hace repetitiva y rutinaria. La investigación, lo que está detrás de esas aplicaciones, el descubrir cosas que no se conocen y ayudar con eso a un grupo de personas es lo que verdaderamente me motiva. Así que por el momento el camino continua hasta que termine la licenciatura y el MIR, más allá volveré a pensar las razones que existieron para llegar hasta ese punto y las que habrá para tomar otro rumbo. Examinando el camino...